Un año más nos lanzamos a la enriquecedora tarea de celebrar el Día Mundial de la Filosofía proclamado por la UNESCO.
La Organización Internacional Nueva Acrópolis, desde su nacimiento, ha impulsado la filosofía como una necesaria reflexión y un compromiso con la vida. Ella es el motor más completo que nos puede situar ante nosotros mismos para ayudarnos a conocernos y realizarnos como seres humanos.
Cuando nos planteamos preguntas tales como ¿quién soy? ¿de dónde vengo? y ¿a dónde voy? todo ser humano está tratando de pasar del mero impulso de supervivencia biológica a la necesidad de reconocer un sentido de la vida, de atesorar una experiencia, y de proyectarse hacia un futuro que quiere construir.
Cuando nos vemos a nosotros mismos como seres que guardamos un maravilloso potencial, aún por desarrollar, es cuando comenzamos a pasar de la condición de “víctimas” de las circunstancias y el mundo, a “aprendices” y “constructores” de nuestra propia historia.
Por estas y otras razones es que hemos querido retomar, de los sabios griegos, la vieja sentencia de: